MARCAR.NOTAR.SIGNAR
Andres Doñate, Alex Mendizabal, Bruce McClure, Xabier Erkizia, Juanjo Aranguren
Comisariada por Tamara García
11/06/2020 – 30/07/2020
CIBRIAN gallery. Donostia-San Sebastián
Dejar una marca. Una señal. Bordar en la ropa las iniciales. Herir por corte. Marcar un lugar. Señalar algo para que se conozca. Apuntar brevemente. Un signo. Una señal.
El sonido como materia. El sonido como único papel. El sonido como plano de un lugar. El sonido como el registro de una persona, de una época, de una ciudad. Cuando Pauline Oliveros nos dijo que una no escucha un sonido, sino el lugar dónde suena, el momento cuando suena, con quién suena… se entiende que la materia no cuelga en la pared, no espera a que llegues para ser nombrada; te necesita, sí, pero quizás no como una cree. Estas obras tienen esa particularidad: compuestas por sonido que se reescribe cuando se escucha. La escritura del sonar, la letra del sonido, la nota, la marca sobre el papel, el signo que oculta un idioma para el que escribe, o para el que lee. Quizás “los escuchadores” profesionales puedan elaborar un relato solo de los sonidos que quedaron al margen y que unen las orillas con sonidos, soportes fílmicos sonoros, papeles sueltos, letras sueltas, signos…
Esta exposición presenta la investigación y resultados del proyecto ARR EDIZIOAK (Audiolab + ELSA Records), e intenta ser una nota al margen en las exposiciones dedicadas al sonido o a lo sonoro, reuniendo una serie de obras para reflexionar sobre el sonido como soporte. Agrupa a los artistas Andres Doñate, Alex Mendizabal, Bruce McClure, Xabier Erkizia y Juanjo Aranguren que escriben sonido, y se conectan en el territorio actual a través de sus trabajos y antecedentes comunes. En el entorno inmediato no vemos la cohesión o consistencia que el tiempo da sobre los grupos que han servido de referencia a los artistas expuestos, pero presuponemos que fue la amistad que hoy les une el primer hilo de costura.
El arte sonoro es interdisciplinar por naturaleza, y su materialización puede ser a través de infinidad de aplicaciones que basculan entre las musicales (musique concrete, electroacustica, electrónica, noise, ambient…) y las a priori entendidas como artes convencionales (escultura, video-art, cine…). Relatar aquí y ahora su historia no resulta pertinente, pero merece recordar brevemente su aún relativamente reciente genealogía, desde John Cage y el movimiento Fluxus, pasando por Christian Marclay y el turntablismo, Max Neuhaus y la escultura en espacio público, Pauline Oliveros y la escucha profunda, ya mencionada, o Luca Ferrari y el radio arte, por mencionar unos pocos referentes que sirvan para mostrar la pluralidad creativa que se esconde tras la etiqueta Sound-Art. Todas las plataformas que hemos tenido la sensibilidad de dar emisión a sonidos parecidos a ruidos, pero ordenados, marcados, notados, signados por el idioma del registro de cada artista, que al fin y al cabo es una forma de indicar un lugar y un espacio, entendemos que existen tantas escrituras como signos y personas. Esto es solo un comienzo, donde se reúnen las obras de Andres Doñate, Alex Mendizabal, Bruce McClure, Xabier Erkizia y Juanjo Aranguren.
Tamara Garcia